24.11.06

árbol vaaaa...!!!

el día que me cargué un gran árbol de navidad:

...hace mucho tiempo, cuando yo estaba en el colegio, y cogía vacaciones antes que mi padre, a veces para no aburrirme en casa, mi padre me llevaba con él al trabajo. Era supervisor de la mejor empresa de la red eléctrica nacional, antiguamente E.N.H.E.R, y luego fué Endesa y luego nosequemás pasó a ser. El caso es que de aquella debía ser periodo navideño, pues en el hall de la entrada del edificio había un gran árbol de navidad. Muy grande para un niño como yo. Era un hermoso árbol engalanado con muchas bombillas, de colores creo, o blancas solamente, no sé, y todas ellas encendidas a la vez, y a veces parpadeaban. El gran árbol de navidad, solitario en una habitación que daba a una gran cristalera a la calle Lepanto, creo, estaba solo, y le rodeaba un gran espacio alrededor. No puedo saber cuanto mediria aquella habitación, pero pongamos unos 15x15 metros aproximadamente...

... me acuerdo que mi padre me llamaba temprano, pues debería entrar al curro a las 5 o 6 de la mañana. Cogíamos el coche y enfilabamos por la meridiana y luego se desviaba por San Pablo y nomeacuerdo de mas. Llegabamos al edificio y habian coches aparcados, de jefes, pero mi padre tambien aparcaba allí. Entramos. Saludaba a su compañero y se iba. Luego venía cambiado y se despedían. Y lo que más molaba es que mi padre llevaba una nave espacial. En un mostrador controlaba todas las camaras de la empresa, ascensores, pasillos, parking, fachadas, entrada... y solo apretaba botones. Claro era supervisor. Cuando le parecía llamaba a un compañero que le relevaba un rato y podiamos comernos nuestros bocatas de queso o jamon dulce. Entonces me enseñaba un poco las oficinas, y cuando no nos vigilaba nadie o habia poco personal recogíamos cosas inservibles que luego aprovechavamos para colocarlas en el terreno que hay a unos 50 km de donde vivimos. El caso es que podiamos llevarnos papel de las oficinas, viejas persianas inservibles, perfileria de aluminio de alguna mampara de oficinas que se habian remodelado...

...otra cosa que me molaba era beber agua de las fuentes de los pasillos, porque estaba fresquita y después del bocatajamondulce entraba sed de fuente de pasillo, con pedal, claro. Mi padre me aupaba porque no llegaba bien yo solo. O sí, no recuerdo bien...

...luego ya volviamos a la nave espacial y el compañero a su puesto de origen. Y es en estas cuando saco mi pitufo mecánico del bolsillo y me dirijo al gran espacio abierto solamente ocupado por el árbol de navidad. Mi juego era tirarlo hacia arriba y luego sin que tocase el suelo recogerlo en el aire. Una de las veces la trayectoria del pitufo mecánico no fue del todo lo recta que yo quería y este yéndose hacia atrás me obligó a mi a hacer lo propio, con tan mala fortuna que no me di cuenta que la base-maceta del árbol estaba justo detrás mio. Dí de espaldas contra el árbol gigantesco y cayó al suelo, y los alaridos de mi padre y su compañero aun se escuchan en la calle Lepanto. Por supuesto no quedó ni una sola bombilla sana ni encendida, claro. A mi no me pasó nada pero se me cayó la cara de vergüenza para mucho tiempo. Mi padre no me pegó ni nada, aun estaba recuperando el color normal de su piel. Cogí mi pitufo mecánico y nunca más lo lancé cerca de un gigantesco árbol de navidad, de, pongamos, unos 6 metros de altura. Estrella incluída...

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1 Comments:

At 7:32 p. m., Blogger Cabeza Mechero said...

Jejejejej, ¿y que fue del pitufo mecánico? ¿aún lo conservas?... Me gustan estas historias!

 

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